CLASES DE PINTuRA Y DIBUJO
con patricia repullés
La pintura es visión espacial, es imaginación, es experimentación, es comprensión del mundo, es terapéutica...
Pero por encima de todo, la pintura es CREATIVIDAD
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Cuando nacemos, traemos con nosotros una curiosidad casi infinita por conocer el mundo.
Son nuestra asombrosa capacidad de aprendizaje y las ganas de comprender, las que manejan los hilos de esta curiosidad, nos movemos, nos acercamos, probamos, experimentamos, comprendemos, y si no podemos, imaginamos, y entonces... transformamos el mundo: creamos.
TODOS LOS NIVELES,
TODAS LAS EDADES
Todos diSfrutamos del arte.
desde los más pequeños, hasta los adultos.
Lo hacemos de forma natural cuando somos niños, y sin embargo, poco a poco vamos perdiendo esa capacidad de asombro y de creatividad al intentar cumplir con las exigencias de lo que se espera de nosotros.
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Tampoco solemos los adultos fomentar estas cualidades, ni desde los colegios, ni desde casa.
Paradójicamente, en un mundo dónde la excelencia educativa sigue basándose en la acumulación de conocimientos, el mundo laboral, más realista, busca perfiles de gente con iniciativa y capacidad de innovación, mentes creativas, quieren nuevas ideas, todo ese conocimiento ya existe a un clic de distancia.
Hemos olvidado nuestra esencia, el centro de lo humano. El mundo avanza a una velocidad y nosotros debemos estar a la altura de ello.
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Son todas estas reflexiones las que me llevaron a transformar mi arte en pedagogía.
Me gusta dar clases de arte, dar la oportunidad a llenar un espacio en blanco con lo que hay dentro de las mentes, ver el placer que sienten los niños al crear algo, algo que antes no existía y es sólo suyo. Darles herramientas para nuevos discursos, para que puedan comunicarnos todo lo que ellos ven y nosotros olvidamos, ayudar a reencontrar ese niño creativo a los más mayores y hacer ver que todo el mundo lleva un artista dentro sin importar la materia en la que acabe transformando su arte. Porque es imprescindible mantener viva esa llama creativa, reanimarla si la apagamos y más aún, fomentarla en las nuevas generaciones.
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Os animo a todos a no olvidar lo que nos hizo empezar a movernos, la curiosidad, a volver a experimentar con lo que tenemos alrededor, a transformar las cosas a no olvidar vuestra creatividad, y sobre todo, no dejar que vuestros hijos la olviden.
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Patricia Repullés
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